Suelo decir que mi cabeza sigue un mecanismo musical. Que mis pensamientos se hilvanan mediante notas, versos, trocitos de canciones (con trocitos de lo verde del jardín). Que todas mis ideas y sentimientos se asocian a diferentes letras y melodías. Suelo decir también que la música me protege del resto del mundo. No miento. Música para anestesiarte, música para desahogarte, música para recordarte y también para olvidarte. Música para imaginarte. Música para cuando no me salen las palabras, también música para cuando no quiero escuchar mis propios pensamientos. Música para celebrar, o para gritar por dentro.
Suele pasarme que cuando escucho una canción que me llega, todo desaparece alrededor y nada importa. El resto del mundo activa el mute, y solo existe la canción y ese momento. Solo la canción y ese momento. Soy incapaz de seguir una conversación o de acertar a conducir bien si esto sucede. Podría considerarse un problema, para mí no lo es. Odio conducir precisamente por cosas como ésta.
Hoy quería escribir sobre el tiempo anterior a Londres, ese tiempo en el que me dividía entre el miedo y las ganas. Ese tiempo en el que no sabía qué hacer, y la balanza Madrid-Londres se desequilibraba a cada segundo, siempre para el lado opuesto. Pero la única manera de la que puedo explicar ese proceso es... a través de canciones.
Quizá alguien lo entienda... o quizá no. Lo bueno de las canciones es que cada uno las entiende a su manera. And that's alright.
(links included)
- Europe - there's a question I've been meaning to ask you... what do you think about Europe?
- London Calling
- Electric Heart (stay forever)
- I will wait
- Should I stay or should I go?
- Nothing but the whole wide world to gain
- Let's get out of this country
- Fireflies - I'm weird 'cause I hate goodbyes..
- How to save a life - esta es la canción que siempre escucho en el avión, desde la primera vez que salí a Italia.
- See the world
- I wish that I could see you soon
- Electric feel
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