miércoles, 8 de febrero de 2012

Why do feelings fade?


Después de haberme preguntado esto mismo en mil y una ocasiones, hace tiempo que me di una tregua y decidí resumirlo en una sola palabra: supervivencia.
Cuando un sentimiento recíproco es truncado por alguna de las partes, la otra se ve obligada a olvidar. O intentarlo. Pero poco a poco, feelings fade. Inevitablemente.
Esto es aplicable, obviamente, a los casos en que forzamos a los sentimientos a desaparecer, en contra de nuestra propia voluntad. Pero, ¿Y cuándo sómos correspondidos? ¿Qué nos hace levantarnos un día y decidir que ya no queremos a esa persona a nuestro lado?

En la mayoría de las ocasiones ese día tan sólo es la punta del iceberg. Los cambios tan bruscos no surgen de un día para otro, incluso cuando pensemos que sí. Todo ha tenido una maduración, ya sea en el consciente o inconsciente. Quizá comenzó con un detalle al que no dimos importancia en su momento, o no la suficiente para darnos cuenta de lo que podría desencadenar. Probablemente se sedimentase en el subconsciente, y se convirtiese en ese ovillo de lana que una vez que tiras del hilo ya no hay vuelta atrás.
Hay cosas que percibes que sabes que te afectan. Y que en cierta medida, distorsionan la visión que hasta entonces tenías de esa persona, incluso aunque no lo quieras. Hay otras que sin embargo, pasan casi de puntillas por nuestra mente y consiguen hacerse sitio. No sé en qué se basa nuestro subconsciente para elegir las acciones que más nos afectan, y el porqué. O que reglas rigen esas modificaciones internas que hacen que, de pronto una mañana, no te apetezca desayunar con él/ella.

Unas veces será – muy entre comillas – “culpa” nuestra, otras de la otra persona. Las menos será recíproco. Ignoro el porqué de la falta de sincronía en la mayoría de los casos. Si los sentimientos tienden a desaparecer, ¿porqué no puede ser para ambos?
Casi siempre alguno de los dos es sorprendido por este cambio, que él/ella en absoluto comparte porque no se ha producido en su caso. Casi siempre es uno el que tiene que lidiar con el shock de no saber qué ha cambiado, ni porqué. La mayoría buscamos una explicación, aunque deberíamos dejar de buscarla. Tanto en lo material como en lo inmaterial, todo cambia. Se transforma, o evoluciona. O bien desaparece. La opción siempre está ahí, y somos capaces de asimilarlo siempre que tengamos una explicación razonada y lógica. Pero siendo honestos, ¿cuándo la hemos encontrado? ¿Cuándo nos han dado una razón, o varias, que consigan mitigar esa sensación de no saber qué ha pasado? ¿Qué ha de tener una respuesta para que consiga hacernos entender why feelings fade? Normalmente escuchamos todo tipo de argumentos, pero pocas veces nos satisfacen. Y es que, sencillamente, lo hacen. Como he dicho antes, siempre suele haber un proceso largo detrás del que a menudo no nos damos cuenta. Haberlo, lo hay. Pero como la gran mayoría no somos psicólogos, ni en cuestión de sentimientos estamos como para enfrascarnos en teorías sobre la psiquis, buscamos siempre “la frase”. Ese único argumento que nos valga para aceptar la situación y decir, sencillamente, “vale, lo entiendo. Todo está bien.”. Es una actitud idealista, cuánto menos. Pero no por ello menos habitual.

A falta de respuestas, me limito a poner la visión práctica: esto es así. Ahora bien, ¿qué se puede hacer? Primero, aprender a aceptar las situaciones aun cuando no encontremos una explicación. Suena fácil, sé que no lo es. Segundo, mirar hacia delante. Y sobretodo, no culparnos (siempre que no tengamos razones de peso para ello). Al no encontrar culpables, solemos achacarlo a nosotros mismos. Aviso: no hay nada peor. Ni nada que se aleje más de la realidad. Nos cueste aceptarlo o no, no hay culpables en cuestión de sentimientos. Y no se trata de buscarlos, porque esto tampoco nos va a reportar la sensación de bienestar que buscamos.

Feelings fade, just like that. Take it or leave it, but that’s life.

A veces sientes demasiado por alguien, y esos sentimientos no van a parar a ninguna parte. De nuevo una palabra, como en el anterior caso: supervivencia.

Aun con todo, personalmente creo que algo queda siempre. Aprendemos a mitigar sentimientos, o simplemente asistimos pasivos e impotentes a su muerte, día tras día. Pero hay una parte que queda, y que no es aplicable al futuro… pero queda. En forma de recuerdo, de experiencias, de vivencias. De la misma forma que ese tiempo, ese momento y ese lugar, decidiste compartirlos con esa persona y no con otra. Y no puedes volver atrás y deshacerlo. Así que en cierta manera, sigue formando parte de ti, aunque ya no pueda formar parte de tu presente-futuro.

Me gusta pensarlo así.

Y cómo no podía ser de otra manera, lo traduzco al lenguaje canción… tanto los acordes como la letra parecen decir exactamente lo mismo. Conozco pocas canciones tan coherentes cómo esta… y más acordes al post. A todo. Y a ti.


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