jueves, 21 de febrero de 2013

In a nutshell

Londres, by Lady Madriz, in nutshell.
Osease, en pocas palabras.

- Hasta para trabajar en la tienda más cutre necesitas cursar un máster. Las entrevistas varían de 2 a 3, con una duración media de una hora (a veces son 15 minutos o a veces 3 horas). Luego harás un training (esto es: trabajar en su tienda a cambio del aire que respiras) para que finalmente decidan si te quieren o no. A saber: en cualquier entrevista de grupo habrá al menos 2 españoles y/o italianos.

- No llueve tanto como dicen. Por lo menos en los escasos 15 días que llevo aquí, ha llovido solo por las noches. ¬ ¬ Meh.

- Si no tienes google maps en el móvil, estás perdido en Londres. Literalmente. Alternativas: hacerte pasar por invidente para que sea otro quien te guíe o acabar viviendo debajo de un puente porque no has sabido volver a casa.

- No te vale con hablar inglés. Porque aquí no hay una mayoría étnica, esto es: cada uno habla el inglés que le sale de las narices. Y tienes que aprender a pillarle el tranquillo al acento chino, al indio, al inglés profundo y al portugués. Lo bueno: la cantidad de españoles e italianos hace mucho más fácil la comprensión. Sorri, bat is tru.

- Es el país de los white rabbit de Alicia en el País de las maravillas. Todo el mundo va con prisas, mareas de gente se entrecruzan por todos lados. Lo mejor: no hay apenas accidentes ni avalanchas. Milagros de la naturaleza.

- Reza conmigo: por cada tienda de Londres habrá, al menos, un español trabajando.

- Se conoce gente por doquier. Y eso es así: Londres es una ciudad de paso, y todos los que están de paso se entretienen unos con otros. Cada uno tiene una historia que contar, y lo mejor: siempre quieren contarla.

- Las tiendas. Oh. My. Las tiendas. Ahí lo dejo.

- Aún no se han enterado de lo que es la buena cerveza. Creí que sólo pasaba en Edimburgo, y les he dado 2 años de margen para ver si hacían algo para reparar el tema. Pero ni por esas. Mahou no aparece por ninguna parte. En cambio, pintas sin espuma con sabor a agua con gas, las tienes por doquier. Lo peor: encima tienes que pagar por ellas.

- Love or Hate. Elige. Londres lo odias o lo adoras, y eso lo compruebas los primeros 3 días. Hay gente tan quemada que pronto entrará en combustión espontánea, y gente tan encantada que... acaba de llegar. Yo, de momento, lo adoro. Obviously.

- Madríz. Me he ido, sí, pero no creo en lo que mi amigo B. me dijo al llegar: olvídate de Madrid, estás aquí y punto. Claro que estoy a 100 cosas y no puedo ni quiero seguir el ritmo de allí, porque aún no he descubierto la manera de vivir dos vidas paralelas. Pero Madríz ha segudio conmigo, y desde aquí dar las gracias a mi familia, siempre y en todo momento. A Nenúfar, Nut y White, por estar -cerca de veras ;)-. A Michelangelo y a Mostris, porque son los mejores. ¡Ya no queda nada para tu visita, Michelangelo! Madríz puede que no sea como Londres en términos de amor odio, pero a pesar de haber vivido 24 años allí, lo sigo adorando.

Vale, quizás no han sido pocas palabras precisamente... pero acostumbrados a mis biblias en verso, esto podría denominarse microcuento para Lady Madríz. Buenas noches, ladies and gentlemen. It's getting late, and it's cold outside.



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2 comentarios:

  1. Desde Buenos Aires, te envío una frase que corresponde a la película "Martín H":
    "Eso de extrañar, la nostalgia y todo eso, es un verso. No se extraña un país, se extraña el barrio en todo caso, pero también lo extrañas si te mudas a diez cuadras. El que se siente patriota, el que cree que pertenece a un país, es un tarado mental. ¡La patria es un invento! ¿Qué tengo que ver yo con un tucumano o con un salteño? Son tan ajenos a mí como un catalán o un portugués. Estadísticas, números sin cara. Uno se siente parte de muy poca gente, tu país son tus amigos, y eso sí se extraña, pero se pasa..."

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  2. La cerveza inglesa es horrible igual que la brasilera. No se compara con una buena Estrella de Galicia o Mahou...

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