Hoy, estaba leyendo una revista deesasdechicas. Mi trabajo en estos días es un soberano muermo, así que esta mañana me ha dado por comprarme alguna revisteja de no pensar pero con un poco más de nivel que la superpop, por lo menos. Pues no he dejado de pensar en toda la mañana, oye.
Resulta que entre los interesantísimos reportajes, me he encontrado no pocas joyas que sacar a relucir.
Sección “MÁSTER EN HOMBRES” (con lo caros que están hoy, ¡y te ofrecen uno de gratis!)
“1-.Técnicas de ligue
-En el súper: Es un terreno ideal para el juego de la seducción” -como todos sabremos ya- “Además tienes múltiples formas para provocar una primera toma de contacto: 1) pregúntale dónde están los lácteos 2) Si estás en discos, pídele que te recomiende alguno ahora que casualmente te ha dado por el hip hop 3) Pregúntale por el producto que tiene en la mano, algo así como ¿pica mucho esa salsa?”
Claro. Suena perfectamente realista y nada macabro. Imaginaos que estais haciendo la compra de groceries en el Carrefour, y viene un/a chico/a que primero pasa de leer los carteles como todo el mundo y te pregunta por la leche. Luego te sigue hasta los discos y te dice con una sonrisa picantona que le ha dado por escuchar hip hop, como si a ti te importase su vida, y que le recomiendes alguno. Y cuando estás comparando las diferentes marcas de salsa barbacoa, te sigue dando el tostón y te pregunta si pica. Directamente piensas que el desequilibrio de esa persona es enorme y miras alrededor por si se han despistado sus cuidadores. Luego te planteas decirle cuatro cosas. Exactamente cuatro.
Primero, lee los indicadores de los productos.
Segundo, no me interesa en absoluto el hip hop y tus últimos venazos musicales, no te conozco.
Tercero, es SALSA BAR-BA-CO-A.
Y por último, NO, NO TRABAJO AQUÍ. ¿Podrías preguntarle a alguno que lleve el polo del súper, que a ellos les pagan por aguantar este tipo de cosas?
La revista finaliza este trucazo con un “con suerte te propone un café o unas cervezas a la salida”. O llama al 112 con un “loca anda suelta y encima quiere que la lleve de cañas”. Claro, es como estar en un bar de ligoteo.
-¿Pica mucho esa salsa?
- Un poco, pero si quieres te lo explico detalladamente a la salida, muñeca… (aquí guiño cual tipo duro). Oh yeah.
Pero seguimos.
“-En el gimnasio: (….) Si ves que hay feeling y se fija más en tus abdominales que en los suyos
–porqué está claro que los dos estáis buenorros y además, al hablar os miráis mutuamente a los abdominales- proponle ir juntos a una sesión de Pilates.”
Vamos que. Lo de las cañas del súper no estaba tan mal, después de todo. Teniendo en cuenta que en los gimnasios la cita perfecta es invitar a tu chico a una hora de Pilates en grupo… casi me quedo en el Carrefour.
“-En la disco: (…) tropiézate con el mientras bailas” –y digo yo, ¿esto no es lo que se intenta evitar para no autohumillarte?- “pregúntale por el dj del garito y dile que te parece lo más.”
Tú -¡¿¡¡Perdonaaaaaa!!?!
Objetivo -¿¿Quéé??
T -¡¡Perdooona!!
O -¡Naaada, nadaaa!
T -No, ¡Que si sabes como se llama el dj!!
O - ¿Lo quéé? ¡¡Yo que sé, esto es un bar de huertas y no el pachá de Ibiza!!
T -Aaaaah, ¡¡Es que me parece lo máááássss!!!
Y aquí es cuando el/la chico/chica se daría la vuelta con cara de ¬ ¬ y tú te quedarías con una cara imposible de describir en emoticonos.
“-En el café: A menos que seas Brad Pitt, el bar de churros de la esquina no es el lugar más fácil para ligar” (sin embargo, el supermercado es el terreno ideal) “puedes recurrir a ir al baño a la vez que él (técnica también usada por los acosadores más prestigiosos) o anotar tu número en una servilleta y dejárselo en la mesa antes de irte, ¡no antes!”.
¿¿Por qué no?? ¿¿¿Acaso no sería genial ver a un/a chico/a pedir un café, anotar su número, levantarse muy decidido/a, dejarlo en tu mesa y volver de nuevo a la suya, justo en frente, a seguir con su café como si nada??? ¡¡Para una idea buena que tienen!!
Y ya, por último:
“-En la biblio: Intenta que vuestras miradas se crucen. Si te sonríe, ya puedes pedirle un subrayador” (¡¡Ya puedes dar el gran paso, vamos, suéltate el pelo, vive la vida loca... y pídele un subrayador!!). “Y quién sabe, igual acabáis leyendo juntos el Kamasutra”.
Es lo que suele pasar cuando pides un subrayador a alguien en una biblio, lo típico, una cosa lleva a la otra... y cuando os quereis dar cuenta estáis inmersos en la lectura del kamasutra. Les ha faltado decir que JAMÁS se te ocurra pedirle un subrayador amarillo, demuéstrale que eres "diferente" y "que te atreves con todo" pidiéndole uno naranja. O, si eres romántica y soñadora, pregunta si tiene color azul, o rosa. Mándale mensajes secretos: le encantará. Conclusión: tardaréis menos en llegar a leer el kamasutra.
De verdad, ¿Por qué gente tan sabia se esconde en las redacciones de estas revistas, en vez ofrecerse a dar conferencias por todo el mundo? ¿Por qué no se dedican a sembrar amor y conceden este máster a las masas descarriadas, sin discriminación ninguna? Insto a todos/as esos/as redactores/as que se lancen a la calle y compartan sus vastos conocimientos sobre un tema tan universal, el amor. El mundo podría ser mucho más bonito si siguiéramos sus prácticos consejos. O al menos, muchísimo más divertido.