miércoles, 9 de enero de 2013

Making up my mind

A veces pierdo mi propio norte, si es que alguna vez tuve alguno. O quizás muchos. Diferentes según la época de mi vida, pero alguno siempre hay, y a veces se me olvida. Igual porque soy un desastre. Aunque no lo sea en todo, pero nunca me gustó el orden. Tidy minds are rarely creative. El orden es una forma de acomodarse, y sea por la razón que sea yo suelo huir de eso. Al menos de momento.

Volviendo al tema, a veces pierdo mi norte de ese momento, tanto que tuve que tatuarme la muñeca para recordarlo. En lugar de mirar la hora, ahora miro un recordatorio musical que reza en clave de sol “coge este barco a la deriva y dirígelo hacia casa”. En realidad no dice casa, si no “home”. Creo que hay una enorme diferencia. Casa quizás solo tengas una, o dos, pero “home” puedes estar en cualquier lugar. Se refiere más a un sentimiento de paz, de estar agusto. Ése es a grandes rasgos mi objetivo, independientemente de la meta que me haya propuesto en ese momento. Sentirme home.

Días como hoy en los que no estás seguro si estás cogiendo miedo al cambio o son las ganas inmensas de cambiar lo que provoca ese revuelto en tu estómago. 

Oh my ears and whiskers, how late it's getting!

Tengo que tomar una decisión, y lo único que tengo decidido es que tengo que tomar una decisión.

P.s.- Esa muñeca no es mía, ni ése es mi tatuaje. Pura coincidencia, hasta yo misma me he sorprendido al publicar el post. 

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