martes, 22 de enero de 2013

Slush is overrated

No entiendo como hay gente que aún sigue en la primera capa y le siguen gustando las palabras pegajosas, los cumplidos casposos y las frases aduladoras prefabricadas, creadas únicamente para evitar pensar y poder salir del paso airosos.


Es como el algodón de azúcar: estéticamente es precioso, pero meterse un puñado en la boca resulta repulsivo cuando ya lo has hecho unas cuantas veces. El algodón de azúcar no está hecho para ser comido, si no para ser contemplado. Como objeto decorativo. Lo mismo que las palabras vacías que regalan los oídos de conformistas ególatras. 

Es también como las primeras novelas que lees: fáciles de digerir, simples, a veces recargadas de ganchos fáciles para lectores inexpertos. No es que esté mal, es necesario empezar para avanzar. Luego descubres el placer en otro tipo de literatura, más elegante, no tan explícita o sentimentaloide, más sutil y limpia, mucho más profunda. Lo mismo que los gestos y las palabras de otros, más trabajados, no tan facilones, mucho más significativos. Aprendes a leer entre líneas, y a apreciar lo que de verdad importa.

Hay gente que tras muchos años continúa en el estado del algodón de azúcar.

Por muy sweet que resulte, todo tiene su momento.


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