sábado, 24 de diciembre de 2011

Collage of 2011


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Hace sol, no parece navidad. No hay nieve, no hay vaho que expulsar al respirar. Las bufandas son más bien de adorno, y las hunter llevan ya un año sin desempolvar en el armario. La navidad ha llegado sin preaviso, yo me acabo de enterar. Y es que últimamente no tengo, o más bien, no saco tiempo para muchas cosas. Esta es una de ellas. Escribir, por ejemplo. Recordar. Hay veces que sentir nostalgia no es tan malo. Es más bien necesario.

2011 ha sido mi año Spain. 12 meses en los que el epicentro de toda mi actividad vital ha sido, principalmente, el trabajo. También he tenido ocio, claro. Ser una onliner no implica necesariamente carecer de vida social. Pero eso es otro tema.

A día de hoy y aunque suene a típico tópico, sólo puedo dar las gracias. Por haber formado parte de un equipo increíble, por haber aprendido como aprenden los niños: jugando. Hacer del trabajo un hobby no es fácil. En mi caso, lo ha sido. También he de decir que estar rodeada de 5 spains en nuestro zulito del día a día, hace mucho. Si tuviera que definir mi trabajo en un par de lineas, serían estas: “quedar a las 9.30 de la mañana para echarte unas risas con los colegas. Mientras haces cosas productivas, claro. Eso siempre”. Creo que lo he twiteado alguna que otra vez.

El año se acaba, y mi estancia laboral también. Año nuevo, y tocará engrosar la cola del paro. Pero en lugar de estar triste estoy agradecida. A quien me dio la oportunidad de entrar en esta empresa, por cruzarnos por casualidad un finde en tribunal. A mi anterior jefe, por imprimir humor en cada frase… aunque implicase endilgarme un marrón. A mi actual jefa -aunque por poco tiempo,- por ser la personificación de la palabra “adorable”. Aunque suene también a típico tópico de peloteo, la verdad es que puedo considerarme su fan más absoluta. A los spains, sin ninguna excepción. A cual más personaje, a cual más divertido.
 A la oficina en general, porque son todos unos niños grandes.

Probablemente el 2012 sea mi año de emigración –again- a cualquier otra parte (y quiero que vengas conmigo…). No sé muy bien a lo que me llevará, aunque creo que en el fondo sé muy bien lo que busco. A pesar de que no sea fácil. A pesar de que me lleve tiempo, esfuerzo, contratiempos. Desde mi transformación –gracias a una personita muy importante- me he unido a la máxima “keep smiling”. No puedo decir que nunca he tenido miedo al futuro, pero nunca me ha echado para atrás. Me importa más bien mis “presentes”, al fin y al cabo el futuro no es más que una leyenda urbana.

Si es que me voy, ya tengo la maleta preparada.
  • Me llevo a mis amigas, que son mi piña debajo del mar. Después de 7 años y a pesar de erasmus y otras huidas, la distancia no existe entre nosotras. Creo que somos inmunes a todos esos rollos que terminan destrozando relaciones.
  • A mis amigos, que aunque estemos en tiempos revueltos siempre sacamos un hueco para un brunch, unas cañas o lo que se tercie. Aunque ahora les vea independizarse en lugar de comerse el bocadillo en el recreo… siempre serán mis culturetas muertos preferidos.

  • No me olvidaré por supuesto de mi familia, a quien adoro por encima de todas las cosas. Y estoy deseando que llegue nuestra nueva incorporación al clan para felicitarle por haber nacido en la mejor familia del mundo. ¡Así se hace, pequeño!

 En mi maleta aún queda sitio para muchas personitas importantes, claro. Mi ex Torino Crew, ellos lo saben. Mi awesome Edinburgh people, a quien visitaré en Enero para llevármelos a todos. A unas cuantas personas que debería nombrar uno a uno, pero no puedo porque he decidido no dar nombres propios aquí. Espero que sepan quienes son.

Me despido, aunque no sin otra de mis frases favoritas.

I’LL BE BACK.


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