martes, 30 de noviembre de 2010

Short of time and such

Supongo que es mi frase mas repetida y tambien la mas contradictoria en mi caso, saliendo de boca de una parada que nunca para. Pero es la verdad. No-tengo-tiempo. El que me sobra es el justo para dormir 8 horas, y ni eso. Y mira que me gusta escribir, y cada dia se me ocurren mil historias de tipo fishing cotidiano, y tecleo mentalmente el texto que escribiria para que no se me olvide. Lo malo es que, aunque mi cabeza se asemeje bastante al escritorio de mi ordenador por la cantidad de cosas que lo pueblan (nimiedades y desvaries junto con cosas VITALES  recordar, todo al mismo nivel), mucho me temo que no tengo la suerte de poder almacenarlo en carpetas. Y que me acuerde tiempo despues. Mi cabeza es mas bien una fabrica de nubes de pensamiento, algo asi como el algodon de azucar, que se mezcla, da vueltas, crece, se regenera, y vuelta a empezar. O las nubes sin mas, las del cielo, que van, vienen, desparecen, y todo el ciclo del agua que todos habremos estudiado en conocimiento del medio. Nube. Palabra poetica de por si.

Asi que relato posts en mi teclado neuronal, y luego otros, y otros. El problema es que no dejan de surgir historias que me piden, no, me exigen ser contadas. Vienen con su estilo ya determinado, yo solo tengo que tirar del hilo y transformarlas en palabras.

Cuando acabo, aunque ellas se dan por satisfechas, yo me llevo el chasco de no haber utilizado un soporte mas fiable que el de mi mente, siempre hambrienta de nuevos pensamientos y un poco descuidada con los antiguos.

Aun asi, dejar claro que aun guardo key words. Si, al menos esas se me quedan ahi atascadas como pececillos en la red de ideas... y se quedan. Asi pues, let's say luckly, I'll be back.



P.s.- A que duelen los ojos de leer todo un texto sin una sola tilde? El unico teclado que he podido encontrar en un ratito que tengo libre, y no tengo ni tildes ni signos de exclamacion/interrogacion de comienzo. Maldito imperialismo ingles.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Vivo en el limbo

A la hora de buscar trabajo -como es de esperar- nos encontramos mil y una trabas al margen de la crisis, la no crisis y el uso/abuso de este término ya desgastado. No me equivoco si generalizo (y conste en acta que no soy partidaria de las generalizaciones) al afirmar que este un hecho mayoritario. Las barreras y más barreras, y luego… por supuesto, alguna barrera más y barreritas también en letra pequeña.

No generalizaré en mi caso, porque es mío, y porque sinceramente no sé si a ustedes les ha pasado algo de esto. Por eso lo comparto, una vez más, buscando soluciones. O por lo menos, un desahogo social media (otro día escribiré sobre esto, que va desde el click en el “unfriend” a los status de twitter).

Existe otra clase de “ninis” a estudiar (valga la paradoja): los “ninis” obligados. Los que produce la sociedad, los que no son ninis por vocación sino por obligación. Los que no estudian porque no tienen dinero para afrontar un máster de 7.000 euros de media, y no pueden trabajar para costeárselo porque no encuentran trabajo. La pes(c)adilla que se muerde la cola. A diferencia de los ninis innatos, los obligados sufren y mucho. Por lo que parece, la sociedad no encuentra hueco para ellos. Y lo que es peor, promueve y empuja cada vez más esta tendencia: ni abarata la educación, ni la facilita (al margen de becas como la erasmus, que consistía en mi época en 100 euros al mes. Todavía tienen la poca vergüenza de llamarla beca), y mucho menos crea empleo.

Aparte de pertenecer a esta nueva raza social antes nombrada, mi caso contiene algo peor: Vivo en el limbo laboral.

Después de terminar mi carrera a curso por año (y de disfrutar de la estafa económica del erasmus), decidí hacer algo más por mi futuro y emigrar a Reino Unido. Como muchos otros, mi objetivo era mejorar mi inglés. Por supuesto, aparte de por cuestiones de superación y cultura, por su importancia vital a la hora de buscar trabajo. Sin beca ninguna, estuve un año trabajando como au pair en Escocia. Un año del que no me arrepiento en absoluto y que me aportó innumerables experiencias aparte de la de aprender un nuevo idioma. El caso es que volví, dispuesta a coger a la crisis por los cuernos y emplear toda mi paciencia y formación para buscar un trabajo.

La realidad: llevo casi 6 meses enviando currículums a mansalva, inscribiéndome en cientos de ofertas y rellenando miles de formularios en empresas (en las cuales no basta con enviar el cv y una carta de presentación, si no que tienes que emplear media hora en cada una para transcribirlo todo paso a paso). Creo que he recibido 3 respuestas si llegan. Aunque haya sido para decirme que no estaban interesados, me ha hecho hasta ilusión recibir esas pruebas de mi existencia. De verdad, se agradece el saber que, al menos, no se está siendo completamente ignorado. Al menos.

En las ofertas (pocas, obvio) que encuentro, piden experiencia de 2 años. Mínimo. Evidentemente no la tengo. Hice mis prácticas, he trabajado en otras cosas, pero experiencia de 2 años no la veo muy factible. Bien, no me desanimo. Aunque continúo presentándome a esas ofertas, busco contratos en prácticas. Lo que sea con tal de adquirir experiencia, de aprender, de trabajar (por fin) en lo que he dedicado 5 años de mi vida. Lo que me encuentro son innumerables ofertas pidiendo becarios, IMPRESCINDIBLE CONVENIO CON LA UNIVERSIDAD. Dios mío, ya nadie hace contratos en prácticas, tampoco puedo ser becaria porque no continúo en la universidad, ¿¿Qué se supone que debo hacer??

Mientras intento ser constante con mi búsqueda, bifurco mis objetivos: tal vez si no puedo encontrar trabajo como periodista, puedo trabajar en cualquier tienda, bar o pequeño comercio. Así al menos podré obtener ingresos para hacerme un máster en un futuro. Cual es mi sorpresa que, cuando nunca antes me había costado lo más mínimo encontrar un trabajo de este tipo, ahora es tarea imposible. A veces se me caen las lágrimas mientras me dejo las horas y el ánimo frente al ordenador o pateando calles comerciales currículums en mano, rogando por un puesto de dependienta en zara. Después de haber terminado mi carrera, este es mi día a día.

No puedo trabajar en un puesto digno de mi profesión porque no tengo experiencia. No puedo trabajar en prácticas, porque no puedo ser becaria. No puedo trabajar ni gratis, porque no estoy en la universidad estudiando nada. No sigo estudiando porque he acabado mi carrera, y aunque me gustaría hacer un máster, para ello necesito un trabajo. No tengo la suerte de haber nacido rica. Y ahora resulta que tampoco puedo trabajar en zara, ni en ningún pequeño comercio.

Lo más gracioso ha sido hoy, cuando me he acercado la tienda en la que estuve trabajando un verano. Es  una tienda movistar, y el tiempo en el que trabajé allí estuve muy a gusto. Me trataron muy bien. Por eso hoy he ido a llevar el cv, instada por mi excompi con un “¡Sería genial que volvieras! Ahora están buscando gente, ¿Quién mejor que tú?”. Como no estamos para desaprovechar palabras de ánimos (que se absorben en nada debido a la escasez de ellas) ni mucho menos oportunidades, allí que me he presentado esta mañana. Cuando he llegado y después de un saludo cariñoso, mi compi me ha soltado “Por cierto, ¿qué edad tenías?” a lo que yo me he reído y he contestado muy tranquila “24, ¿porqué? ¿acaso hay límite de edad?”.
Je. Su cara ha sido de “je”. Porque me ha dicho que había hablado con la nueva jefa sobre mí para que me cogiera, y su primera pregunta había sido sobre mi edad. ¿Porqué? PORQUE CHICAS CON MÁS DE 22 AÑOS NO SUELEN COGER.

Dios mío, lo que me faltaba. Después de soltarle cuatro tonterías de las mías (aunque ciertas) como que ya podía habérmelo preguntado la semana pasada, que tenía un año menos… pues me he ido, de nuevo, sin saber si reir o llorar. Keep smiling. Mi máxima empieza a tambalearse.

El tema es que estando en el limbo, ¿dónde está el cartel de salida? Que además, aquí ya somos muchos y empieza a ser difícil respirar...

In the fucking street


miércoles, 17 de noviembre de 2010

¿Estamos locos o qué?

Citando al grupo de ilustrativo nombre para esta entrada (El canto del loco, the song of the crazy man) y también a Fito si hace falta (no sé si el mundo está al revés o soy yo la que está cabeza abajo), me surgen varias dudas. A ver quién me las puede resolver.

1-.¿En qué mundo vivimos, que te exigen hablar inglés (y certificado) para ser camarero y no para ser Presidente del gobierno? Y sin llegar a ser presi, ¿Cuántos ridículos y autohumillaciones públicas -que presenciamos desde nuestras casas tapándonos la cara a causa de la verguenza ajena- vamos a tener que soportar de todos y cada uno de los que dirigen el país, ya sea porque no se enteran de una palabra del idioma universal, porque hacen caso omiso de las normas diplomáticas -véase visita de ZP a Roma, visitando al Papa y al homínido que gobierna el país para aprovechar el viaje de Ryanair- o derivados a cual más estrepitoso?

2-.¿Cuántas figuras públicas que se concentran en los medios como si hubieran nacido en ellos y les perteneciera de por vida, vamos a tener que tragarnos a pesar de las náuseas y las reacciones alérgicas? ¿Cuántas salidas de tono, en antena o fuera de micro, cuántas aberraciones y genocidios verbales hacia la cultura hacen falta para que a un señor, periodista o no, conocido o no, político o no, se le ponga de patitas en la calle? Porque que yo sepa, los curritos mucho cuidado tienen que tener empezando por la hora de entrada, y acabando por el "no" a las horas extras, con un grueso intermedio que no tendría cabida ni en la extensión de El Quijote. Cualquier minucia se vuelve arma de destrucción masiva de las que sí que existen y nadie va en su busca (ni mueve medio mundo y el otro medio lo deja patas arriba) que nos hace temblar como flanes ante nuestro nimio e irrelevante puesto de mozo de almacén. Para que luego, los que nos venden como "la cara pública de España" puedan hacer, deshacer y liarlas pardas más allá de equivocarse con el cloro de la piscina sin que nadie se atreva a toserles.
¡Y ahora venga, a formarse con prestigiosos cursos, másters y estancias en el extranjero si quereis llegar a repartidores, pizzeros o vendedores en la vida! (¡pssschhht, pssssscht! Me han dicho que si tienes más de 15 años de experiencia y pilotas alemán, finlandés, árabe y mandarín puedes hasta llegar a encargado).

Yo, de verdad, ya estoy harta de esta tolerancia intolerable e innecesaria hacia el mal gusto, de ese insulto popular constante y esas risotadas detrás de las cámaras, de ese alarde y vómito gratuito -o no- de ignorancia. El Antiguo Régimen hace tiempo que pasó de moda, y por lo que parece la cosa se ha dado la vuelta: el Nuevo Régimen se basa en la ignorancia de los dirigentes y figuras públicas. ¿Para cuando una dictadura del sentido común?

Y esto... esto ya es el colmo de los colmos: Pinchar aquí para sufrir apoplejía de por vida

Para más inri (si cabe) de los sangrantes y con úlcera de estómago, " según avanza la cadena SER, Maite Treviño, representante de UGT del Comité de empresa, no descarta que se pueda pedir que Salvador Sostres deje de colaborar en el programa.". Transcripción literal.

Y ahora, por favor, que alguien me ayude a entender todo esto.

lunes, 15 de noviembre de 2010

A promise is a promise

Y, como bien prometí en la misma friday night, ahí va el secreto del "moño japo" (así llamado por dos amigos). Extrañóme que no lo conocieran ya, harto famoso a estas alturas... Va por vosotros: Miguel y (muy en especial por su creciente interés a medida que avanzaba la noche) Víctor. Espero serviros de ayuda para vuestros próximos estilismos.

El secreto no está en ir a la peluquería, ni en tener más maña que fuerza, ni en nada que requiera grandes dotes o esfuerzos sobrehumanos. La clave está, ni más ni menos, en hacerse con un DONUT. Los hay de muchas formas, tipos, marcas y maneras, pero aquí os dejo uno estándar y bastante barato, de Claire's. 

Como una imagen vale más que mil palabras, apelo a la ayuda de youtube con un video cortito y muy explicativo (siguiendo con los dichos: lo bueno si breve, dos veces bueno) de cómo llevarlo a cabo. Facile e divertente!  Click on Vídeo "cómo hacer un moño japo" ;)

Hope you like it, keep one eye on ladymadriz to get more fashion advices like this one!

Spotted: the smartest girls befriending in the toilets

More than a few times the night brings the greatest (just saying) quotes. One of them was born last friday night, when a bunch of "it" girls were making up their faces  in front of the mirror, with the clever discussion it usually entails. I was just a witness, a lucky witness to be honest. I went there with a friend (you're not allowed to go in unless you go with a partner, at least that's how the women's toilets work), and I was about to do the same making up process when I focused on the talk. 

So impressive. I stood up staring at the 5 girls gathered in the toilet's hall with the poshest accent ever. I wondered for a moment if it wasn't just a dream. Then one of them decided it was time to finish the meeting, saying out loud (so kind with all the bystanders) the final conclusion: 
"I truly LOVE the friendships made in the toilets. They always last forever!"

Genius like these don't just happen, they're made. By parents more wicked than their offspring. 
Lady Madriz here, your one and only source into the scandalous lifes of Madriz's elite. Til death do us part.
x.o.x.o....

martes, 9 de noviembre de 2010

The storm is in the neighbourhood

Diez días para mi cumpleaños y presiento que será el cumpleaños más triste de cuantos recuerdo.
Como si me hubiese quedado atrapada, estancada en un tiempo y un espacio, y todo lo demás estuviese lleno de completo vacío. ¿Se puede, a los 24 años, vivir de recuerdos? Y si es así, ¿Hasta cuándo?

p.s.-Trying to keep smiling. just trying.
Heart vs. Mind. Heart winning so far.


En Indie-Spain, again

¿Qué es eso de metro? ¿Kilómetros? ¿Millas?
Nueva medida de distancia: UN CLICK hasta Lady Madriz sobre Miss Caffeina

domingo, 7 de noviembre de 2010

Chinese CIA: otra evidencia más

Los hay tontos puros, de los que lo son, y los hay tontos que son muy listos, pero que se lo hacen. Como bien me dijeron una vez, "Hay que ser muy listo para parecer tonto", y que encima nos lo creamos. Éstas y otras miles de dudas me surgen cuando pienso en la población china afincada en España, que regenta todo tipo de comercios y que éstos, a su vez, saturan nuestras calles. Me recuerda a la desaparición del cangrejo autóctono por el cangrejo rojo americano. ¿Invasión o Ley de Darwin?

Tengo que reconocer que les debo mucho, tho. Gracias a su invasión de mercado me es posible comer un arroz, o unos suculentos tallarines calentitos con tomate frito ilimitado a altas horas de la mañana, por no hablar de bocatas, snacks y celveza flía en cualquier rincón de la noche. Sin necesidad de llamar para un pedido, ellos te abastecen de víveres nocturnos allá donde estés a horas intempestivas. Benditos.
Ahora que, si prefieres hacer uso del teléfono en un evening de chill-out, también tienes sus servicios de comida a mansalva por un módico precio y pan chino de regalo.

Sin duda han revolucionado la industria del entretenimiento, poniendo en jaque hasta al mismísimo Corte Inglés. Antaño, cuando necesitabas algún tipo de complemento carnavalesco, pinturas, cuadernos, esmalte, medias, pincitas de colores, artículos de cumpleaños, pegamento o cualquier tipo de objeto inclasificable la respuesta era: El Corte Inglés. Allí tienen de todo, sea lo que sea lo encontrarás seguro en El Corte inglés.

Ahora, por supuesto, cualquier necesidad de este tipo se cubre con el bazar chino. Hasta los artículos más esperpénticos tienen cabida en sus cajoncillos blancos amontonados unos encima de otros. Ah, tierra de descubrimientos y sorpresas, los bazares chinos. Dignos de estudio.

Desde esta premisa, están aquí para que nuestra vida sea más fácil. Para hacernos felices, para cubrir todas nuestras necesidades de forma servicial 24 horas. Para hacer caso omiso a la ley que prohibe vender alcohol a partir de las 10 y esconderte de forma cómplice los dos cartones de vino en tu bolso. Para ponerte en bandeja la flor de plástico que ese intento de ligoteo en el bar pedía a gritos, o no, pero ellos te la plantan igual. Para hacer de decomisos, de frutos secos, de súper de última hora, de lo que quiera que sea que el público español demande.

Es curioso, pero estando en Edimburgo una de las cosas que más echaba de menos era a ellos. Y a sus servicios, por supuesto. Claro que España no es Europa y no en todos los lados viven tan al límite como nosotros, por lo que en España han encontrado su agosto perenne. Es más, cuando les explicaba a mis amigos multiculturales que en España, a parte de los comercios y bazares legales, por la noche te encontrabas fácilmente un chino en cada esquina con su cajita de cartón, sus bocatas, snacks, alcohol, e incluso tabaco, todos sin excepción se quedaban ojipláticos. Spain is different. Aunque no sé hasta qué punto se trata de indiosincrasia, o de tirón aprovechado por unos cuantos más listos que nosotros. Es más, sí que lo sé.

Y precisamente cuando estaba allí, descubrí OTRA EVIDENCIA MÁS de sus superioridad camuflada en ingenuidad falsa. Falsísima vamos, porque patente queda que son más listos que el hambre. Ahí va:

-Como bien sabemos, los chinos tienen dificultad para pronunciar las "r" en nuestro idioma. Celveza flía, un eulo. Aloz, aloz con tomate flito. Podría seguir con infinidad de consignas que se han sedimentado en nuestra consciencia siendo eco de burlas y mofas. Pues bien, resulta que en inglés su acento, paradójicamente, les hace tener dificultades con la "l", que pronuncian como "r". Usease, viceversa. Os dejo una prueba:


Unos hablan de planes para dominar el mundo, otros de estrategia lenta llevada a cabo en las traseras de sus tiendas, donde duermen hacinados 10 o 15 en cada una de ellas. ¿Estaremos infravalorando a la raza que quizá nos lleve a la extinción? ¿Porqué tienen esos rasgos, con los ojos entrecerrados como si estuviesen tramando algo? Y, lo más importante, ¿Quién acuñó la frase de "te han engañado como a un chino"??

Creo que deberíamos tener más cuidado con lo que decimos. Y con lo que hacemos. Con todo. A partir de ahora, dormiré con un ojo abierto. Por si acaso.

jueves, 4 de noviembre de 2010

If I don't tell it, I'll blow up. From lost to the river.

Hoy me he autodespedido. No es que esté loca, es que he estado trabajando más de 15 días de 9 a 5 bajo unas condiciones que han resultado ser falsas. Mi salario asciende a 80 euros. TQD (Tenía que decirlo, www.teniaquedecirlo.com) + ADV (Asco de vida x mil, http://www.ascodevida.com/)

p.s.- Ver la cara de mi jefa al verme llegar en deportivas, it's just priceless.

*keep smiling*

martes, 2 de noviembre de 2010

Aunque tú no lo sepas

Sólo sé que la quería. No sé si habrá algo más cierto en esta historia, pero la quería. Por muchas razones. Porque me moría de ganas por pasar 25 horas al día con ella, y sin embargo no lo hacía. Porque me poseían los celos cada vez que quedaba a solas con alguien, y no era yo. O cuando salía con sus amigas de copas, y de mí solo salía un “espero que lo pases bien esta noche”. Porque a pesar de todo es lo que realmente deseaba. Porque mis líos en el trabajo, mis problemas, incluso las catástrofes mundiales parecían cosa de chicos cuando ella sonreía. Porque me llenaba de libros y de música, y no se cansaba nunca de una conversación interesante. Porque le gustaba arrugar la nariz de la forma más pícara que he visto nunca. Por su manera de abrazarme, porque no me importaba lo más mínimo si el mundo desaparecía en ese momento. Porque me hacía reír hasta que me dolía el estómago y tenía que suplicarle que parase. Porque aunque cogiéramos una barca a la deriva, solos ella y yo, y pasase el resto de mi vida sin más compañía que la suya, estoy seguro que seguiría siendo el hombre más feliz de toda la vía láctea.

Yo no le decía nada de esto, claro. Esperaba que ella lo supiera. Cómo si nos uniera algún tipo de interconexión, ¿No? Esas cosas se notan. Al menos, así descifraba yo sus miradas llenas de luz. La forma en que entrelazaba sus dedos con los míos. Sus vacíos de palabras en momentos demasiado llenos de otras cosas.

No sé si fue un equívoco mío desde el principio, o quizá con el paso del tiempo esa luz que bañaba sus ojos se tornó en oscura desconfianza, pero un día me lo confesó: No me creía. No importaba lo que yo dijera, hiciera o deshiciera, no parecía dispuesta a cambiar de opinión. Quizá debería haberlo intentado, pero como bien he dicho, esperaba que ella lo notase. Yo lo hacía, ¿Por qué no podía sentirlo ella también? ¿Por qué se empeñaba en envenenarlo todo con sucias palabras? Me lo confesó mirándome a los ojos. “No te creo, Félix, no creo que me quieras de verdad. Ni siquiera creo que sepas lo que es el amor”. Y a mí eso me dolió tanto que ni siquiera contesté, ni le dije nada de lo anterior, claro. No dije ni una palabra. Nada tenía ya ningún sentido, y a mi alrededor todo comenzaba a darme vueltas. Me sentía demasiado aturdido. Así que me levanté de aquel banco, y me fui.

Esa fue la última vez que la vi. Ahora ella está con otro que le regala perlas, rosas rojas y perfumes caros. Uno que empalaga cada conversación con palabras falsas y bobaliconas como el algodón de azúcar, y luego va a contárselas a otras.  También tiene dos niños, aunque he de reconocer que ellos son preciosos. Todo esto lo sé porque ya no es como antes, ahora puedo verlo todo. Veo como él se despide de ella después de apenas 3 minutos de conversación insulsa, como las que siempre tienen. Le dedica una sonrisa llena de mentiras y tarda 20 minutos exactos hasta la estación de tren, donde le espera su secretaria. Allí vuelve a repetir la operación. Ella no lo sabe, claro, porque él nunca se lo dice. Yo espero que lo note, aunque ella nunca fue buena en eso.