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Hace sol, no parece navidad. No hay nieve, no hay vaho que
expulsar al respirar. Las bufandas son más bien de adorno, y las hunter llevan
ya un año sin desempolvar en el armario. La navidad ha llegado sin preaviso, yo
me acabo de enterar. Y es que últimamente no tengo, o más bien, no saco tiempo
para muchas cosas. Esta es una de ellas. Escribir, por ejemplo. Recordar. Hay
veces que sentir nostalgia no es tan malo. Es más bien necesario.
2011 ha
sido mi año Spain. 12 meses en los que el epicentro de toda mi actividad vital
ha sido, principalmente, el trabajo. También he tenido ocio, claro. Ser una
onliner no implica necesariamente carecer de vida social. Pero eso es otro
tema.
A día de hoy y aunque suene a típico tópico, sólo puedo dar
las gracias. Por haber formado parte de un equipo increíble, por haber
aprendido como aprenden los niños: jugando. Hacer del trabajo un hobby no es
fácil. En mi caso, lo ha sido. También he de decir que estar rodeada de 5
spains en nuestro zulito del día a día, hace mucho. Si tuviera que definir mi
trabajo en un par de lineas, serían estas: “quedar a las 9.30 de la mañana para
echarte unas risas con los colegas. Mientras haces cosas productivas, claro.
Eso siempre”. Creo que lo he twiteado alguna que otra vez.
El año se acaba, y mi estancia laboral también. Año nuevo, y
tocará engrosar la cola del paro. Pero en lugar de estar triste estoy
agradecida. A quien me dio la oportunidad de entrar en esta empresa, por
cruzarnos por casualidad un finde en tribunal. A mi anterior jefe, por imprimir
humor en cada frase… aunque implicase endilgarme un marrón. A mi actual jefa
-aunque por poco tiempo,- por ser la personificación de la palabra “adorable”.
Aunque suene también a típico tópico de peloteo, la verdad es que puedo
considerarme su fan más absoluta. A los spains, sin ninguna excepción. A cual
más personaje, a cual más divertido.
A la oficina en general, porque son todos unos niños
grandes.
Probablemente el 2012 sea mi año de emigración –again- a
cualquier otra parte (y quiero que vengas conmigo…). No sé muy bien a lo que me
llevará, aunque creo que en el fondo sé muy bien lo que busco. A pesar de que
no sea fácil. A pesar de que me lleve tiempo, esfuerzo, contratiempos. Desde mi
transformación –gracias a una personita muy importante- me he unido a la máxima
“keep smiling”. No puedo decir que nunca he tenido miedo al futuro, pero nunca
me ha echado para atrás. Me importa más bien mis “presentes”, al fin y al cabo
el futuro no es más que una leyenda urbana.
Si es que me voy, ya tengo la maleta preparada.
- Me llevo a mis amigas, que son mi piña debajo del mar. Después de 7 años y a pesar de erasmus y otras huidas, la distancia no existe entre nosotras. Creo que somos inmunes a todos esos rollos que terminan destrozando relaciones.
- A mis amigos, que aunque estemos en tiempos revueltos siempre sacamos un hueco para un brunch, unas cañas o lo que se tercie. Aunque ahora les vea independizarse en lugar de comerse el bocadillo en el recreo… siempre serán mis culturetas muertos preferidos.
- No me olvidaré por supuesto de mi familia, a quien adoro por encima de todas las cosas. Y estoy deseando que llegue nuestra nueva incorporación al clan para felicitarle por haber nacido en la mejor familia del mundo. ¡Así se hace, pequeño!
En mi maleta aún
queda sitio para muchas personitas importantes, claro. Mi ex Torino Crew, ellos
lo saben. Mi awesome Edinburgh people, a quien visitaré en Enero para
llevármelos a todos. A unas cuantas personas que debería nombrar uno a uno,
pero no puedo porque he decidido no dar nombres propios aquí. Espero que sepan
quienes son.
Me despido, aunque no sin otra de mis frases favoritas.
I’LL BE BACK.