No era el autobús de Morgan, o quizá sí. No pregunté. Tampoco estábamos solos. Una nuez me empujó entre palabras-manta. Reconfortan. Entonces nació como las burbujas de jabón. El resto se disolvió entre la espuma. Estabas cerca. Luego te acercaste más. -Me acuerdo de esas pequeñas converse. -Hace años que uso botas. -Nunca es tarde.
El carbón ambientaba la feria cuando llegamos. Me gusta el olor. -Gracias, pero no quiero trabajar ahí.
Noto las costuras a punto de desgarrarse. A punto. "Es él". Duda se ha quedado fuera. No eras azul, pero eras tú.
Y ahora tocas en un grupo de rock. Apúntame para el próximo concierto. Estoy por mudarme al mundo real, o no. Tengo demasiados recuerdos ensuciados -que no sucios-. Los trenes me dan pereza. Igual me pillo el autobús.
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