viernes, 17 de septiembre de 2010

The runaways

Y hablando de planes nocturnos, el de ayer fue ver "The Runaways", peli basada en el grupo setentero del mismo nombre. No es una peli de culto, pero está bien.

Lo supermejor: Verla con un chico que decodifica las pelis en planos, "los que molan" y "los que no". Y que te lo comente durante la peli. Verlo con una chica que ha estado 9 meses en UK, como tú, y no está entendiendo nada de la peli en V.O., como tú. Y seguir disfrutando la peli.

Lo mejor: la estética, el detalle en cuanto a escenarios, la genial caracterización de los personajes. El rollo "wild life", el aire de la movida. El ambiente rockstar molón y lleno de excesos. El vestuario y, ya más subjetivamente si cabe, la actuación de las dos protagonistas. No sé de cual me enamoré primero. A parte que tras ver a una Bella frágil y delicada en un romance teenager con vampiros y lobos, contemplar el papelón de Kristen Stewart en esta peli brutal. Guitarra eléctrica en mano, embutida en cuero y con unas maneras ordinarias y varoniles a partes iguales, pero con una fuerza palpable desde la primera escena. No es que me esté poniendo técnica, es básicamente mi opinión personal.
Por supuesto, geniales las canciones. Faltaría más :) Llevo todo el día cantando mentalmente eso de 
"Hello Daddy, hello Mom
I'm your ch ch ch ch ch cherry bomb
...Hello world I'm your wild girl
I'm your ch ch ch ch ch cherry bomb!"

Lo peor: La linealidad absoluta de la historia. No existen altos ni bajos. Infinitvamente previsible y nada innovadora en cuantro al hilo argumental, por mucho que sea una historia real y pretenda ser fiel. Sólo existe una trama en la peli, nada de historias paralelas, y ni siquiera esta historia tiene la suficiente chicha para colmar las expectativas del espectador. Historia entretenida, sí, como cualquier peli de antena tres de los domingos. Aun así, sigo manteniendo que el detalle estético cuidado al máximo y la belleza visual es algo que, al menos, te deja cierto regustillo.

Lo superpeor: Verla en un cine que no vendiera palomitas. No es sólo que no vendiera, es que NO PERMITÍA beber ni comer nada dentro. De todo esto me enteré justo después de comprar las entradas. Mi cara era un poema. Sí, sí, ya sé que muchos serán de la opinión de mi santo padre, que opina que debería prohibirse la ingesta de alimentos en los cines. Pues yo prohibiría los cines que no permitieran un buen cartón de palomas y un vaso extra-large de coca-cola light. ¿Qué es una peli sin un combo, por el amor de Dios? Es como decir, qué sé yo, un brownie sin chocolate caliente por encima. Como un starbucks sin frapuccinos. Como un verano sin playa. Como un picnic sin tortilla de patatas. Como ir a la Latina y no tomarte una caña. Como tribunal sin modernos que van a discotecas de modernos y dicen "uff, esto está lleno de modernos".  Como la plaza mayor sin bocata de calamares. Podría seguir, pero la lista sería infinita.

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